Las promesas a los Santos Reyes Magos en Puerto Rico son una tradición que, a pesar de los cambios en la sociedad y en la fe, se siguen viviendo con fervor. El pasado 5 de enero, la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Mayagüez celebró su acostumbrada promesa a los Reyes Magos. En esta ocasión, se oró por las intenciones del Santo Padre Francisco, del obispo, Mons. Ángel L. Ríos Matos, por los enfermos de la comunidad parroquial y por las peticiones personales de cada uno de los presentes. Entre melodías de aguinaldos y la devoción del santo rosario, el párroco, Padre Moisés Ríos, y más de 150 feligreses compartieron un momento de fe y esperanza. Por supuesto, no podía faltar el compartir con el tradicional arroz con gandules, el lechón asado con su cuerito crujiente y el flan.
Al día siguiente, 6 de enero, Solemnidad de la Epifanía del Señor, la parroquia recibió la visita de los tres Santos Reyes, durante la misa de las 9:30 am. Al finalizar la misma, los Reyes Magos repartieron regalos traídos de Oriente a los bebés y niños presentes. Niños y familias se alinearon para retratarse con los Reyes, hasta el Párroco con los servidores del Altar aprovecharon la oportunidad y se sacaron una foto.
En la tarde, así como los Reyes Magos viajaron distancias para llegar donde el niño Dios recién nacido, los Reyes Magos de la Parroquia del Sagrado Corazón viajaron en caravana, junto a un nutrido grupo de feligreses, hasta la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, del Poblado Rosario en San Germán. Los magos repartieron dulces a lo largo del camino a quienes salían a saludar y acercarse a sacar fotos. En el Poblado Rosario, el Padre Ángel l. Rivera recibió a los Reyes Magos justo terminando la santa misa a las 4:00 pm. Nuevamente allí los Reyes repartieron regalos a los bebés y niños presentes. Familias enteras se acercaron para sacarse fotos con los Reyes y niños los abrazaban y daban gracias por estar allí.
Desde los mayores hasta los más pequeños sonreían y mostraban el rostro contento al ver como esta tradición sigue viva en nuestra isla. En definitiva, esta bella tradición depende de todos nosotros para seguir viva. Es crucial cultivar el amor por esta costumbre en las nuevas generaciones, ya que el futuro de esta tradición estará en sus manos. ¡QUE VIVAN LOS REYES MAGOS!