Este año tuvo que ser pospuesta la fecha acostumbrada por los eventos que hemos padecido estas pasadas semanas. Los temblores que han tenido lugar con epicentro en el suroeste se han sentido en gran parte de la diócesis, lo que supuso por precaución, retrasar la fecha de la misma.
Los actos dieron comienzo con la celebración de la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo Álvaro Corrada Del Rio, S.J. y concelebrada por P. Rogelio Mur O. Carm. Director del Instituto. Nuestro pastor les dirigió una homilía motivadora para que sean estos fieles graduados partícipes activos en la misión evangelizadora.
Los graduados tuvieron un mensaje igualmente inspirador de quien fue la presidenta de la clase, Sra. Elizabeth Rodríguez, quien les animó a seguir el llamado del Santo Padre a implicarse en la misión de la Iglesia. La clase graduada decidió dedicar sus actos de graduación a uno de los profesores del Instituto, P. Tomas Ciscar O. Carm.
El Instituto diocesano de Pastoral tuvo origen den los comienzo de la diócesis. El celo pastoral de nuestro obispo fundador, Mons. Ulises A. Casiano Vargas, de feliz memoria, le llevó a organizar e iniciar en los comienzos de la diócesis este camino formativo para que nuestros fieles adquiriesen mayor conocimiento y profundidad de su fe católica.
Nuestro actual obispo igualmente apostó con dedicación y motivación por la continuidad del Instituto como medio para trenzar el esfuerzo evangelizador en nuestras comunidades parroquiales. Agradecemos a nuestros pastores su dedicación y empeño en dotar a la diócesis de laicos formados integralmente en la Sagrada Escritura, liturgia sacramental e historia de la Iglesia.
Han sido muchos los sacerdotes y laicos que han sido baluartes en la historia del Instituto Diocesano de Pastoral. La mayor parte de los que hoy son ministros extraordinarios de la comunión en la diócesis y Diáconos Permanentes pasaron por este como estudiantes aplicados e ilusionados por conocer y vivir mejor su fe.
Los textos fundamentales que seguimos en la formación son la Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica. Son los pilares que sostienen nuestra fe. Ello en plena adhesión al Magisterio emanado de los Santos Padres de la Iglesia y los documentos conciliares.
Animamos a todos los fieles que aun no han tenido ocasión de ser parte del mismo a inscribirse y fortalecer su fe. En el camino de misión permanente en el que estamos inmersos es necesario e importante contar con laicos formados y motivados a ser protagonistas de una nueva evangelización. Un católico formado es evangelizador, aporta su conocimiento y su testimonio de vida cristiana. Necesitamos sobretodo testigos del amor misericordioso de Dios que viviendo con alegría su misión como discípulos de Jesucristo den razón de su esperanza.