La Parroquia San Francisco de Asís de Aguada continúa avanzando hacia la Semana Santa. Por tal razón, el 11 de abril se llevó a cabo la predicación de las 7 Palabras. El mismo fue delegado a tres diáconos y a cuatros aspirantes al diaconado.
La Orden Franciscana Seglar inició con la meditación del Viacrucis. Una vez terminado se celebró la Santa Misa, la cual fue presidida por Fray Carlos Cordero. Acto seguido se procedió con la predicación de las 7 Palabras.
La primera Palabra: "Padre, perdónalos que no saben lo que hacen", nos resalta que en medio del dolor extremo en la cruz, Jesús en un acto de amor pide perdón y ese perdón no se quedó allí, trasciende a los pecados y ultrajes cometidos por la humanidad de todos los tiempos.
La Segunda Palabra: "Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso", nos señala que son las palabras más reconfortantes que se pueden escuchar. Se nos exhortó a vivir de tal manera que también un día Jesús nos diga esas palabras a cada uno de nosotros.
Tercera palabra: "Mujer ahí tienes a tu hijo... ahí tienes a tu madre". Fue hermoso escuchar que Jesús tuvo la mejor madre y por tal motivo nos la dejó como madre. Nos dejó una hermosa oración para orarla... "Madre mírame como soy y ayúdame a ser como Jesús quiere."
Cuarta Palabra: "Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?" . Se nos clarificó que lejos de ser una queja, Jesús estaba orando Salmos. Se sentía confiado de que Dios lo acompañaba. ¿Cómo actuamos en los tiempos fuertes? Nos quejamos del Señor o agradecemos?
Quinta palabra: "Tengo Sed". Es interesante que quién ofrecía agua viva, ahora pida de beber. Pues en la cruz Jesús se solidariza con los sedientos de justicia, consuelo, compañía... Cristo tiene sed de almas. Se nos animó a dar de beber a Cristo con nuestras obras de misericordia, predicando su palabra y acercando al hermano a la fuente del Agua Viva.
Sexta palabra: "Todo está consumado". Explicaron que todo lo que el Padre había establecido, Jesús lo había cumplido. Nada quedó pendiente. Se nos recomendó a vivir de tal manera que al final de nuestro peregrinar podamos decir lo mismo.
Séptima Palabra: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". (Fragmento del Salmo 31).
Jesús había cumplido la voluntad del Padre, ya estaba listo y se coloca en las manos de Dios con la plena confianza de haber realizado el plan que Dios había puesto en sus manos. Ahora se abandona en las manos de su Padre. Que al final de nuestra vida tengamos la seguridad de que descansaremos en las manos del Padre por toda la eternidad.
Una noche de gran provecho espiritual para un templo lleno de fieles que se acercaron con fe y devoción buscando el perdón y la misericordia de un Padre que no se hace esperar.